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El programa ideal para aclimatar y coronar la cumbre del Aconcagua
Vive una expedición de 18 días que combina trekking, campamentos de altura y un plan estratégico de descanso para maximizar tus opciones de éxito en la cumbre del Aconcagua (6.962 m). Incluye logística completa, guías expertos y días extra de seguridad para burlar al viento blanco.
Datos básicos
- Destino|Mendoza, Argentina
- Duración|18 días
- Tipo de grupo|Grupo abierto
- Dificultad|Avanzado
- Actividad Principal|Actividad 16
Aspectos destacados
- Plan de aclimatación progresivo con dos días extra de seguridad.
- Logística integral: mulas, domos, duchas y comunicación satelital.
- Guías certificados y equipo médico en todos los campamentos
- Inclusión total de comidas y servicios en montaña.
Itinerario - Ascensión al Aconcagua - Ruta Normal 18 días
Qué saber de Ascensión al Aconcagua - Ruta Normal 18 días
El viaje comienza en la vibrante ciudad de Mendoza, donde ultimarás los últimos detalles logísticos y conocerás a tu equipo. Un traslado panorámico al histórico Puente de Inca marca la transición a las altas montañas y el ambiente de expedición.
El acercamiento a través del valle de Horcones ofrece unas vistas incomparables del Aconcagua y permite un ascenso gradual hasta Confluencia. Allí, la caminata hacia Plaza Francia revela la colosal cara sur y garantiza una aclimatación sólida antes de afrontar los 40 km hasta Plaza de Mulas, nuestro cómodo campamento base.
Durante varios días, combinamos porteadores de altura y descansos estratégicos. Esta metodología de «transportar en alto, dormir en bajo» refuerza la adaptación y conserva la energía para la fase decisiva. Los campamentos de gran altitud —Plaza Canadá, Nido de Cóndores y Plaza Cólera— están estratégicamente ubicados para etapas cortas y eficientes.
El asalto final a la cima comienza en Plaza Cólera, a casi 6000 m. El ascenso por la cresta norte y la legendaria Canaleta requiere resistencia, pero te recompensa con una vista panorámica de 360° de la cordillera y el interior de Argentina y Chile. Los dos días de reserva aumentan la probabilidad de éxito ante el impredecible viento blanco.
Después de conquistar el techo de América, comenzamos un descenso festivo hacia Plaza de Mulas y, al día siguiente, viajamos por el valle hasta Puente de Inca. De vuelta en Mendoza, una merecida cena y la comodidad del hotel ponen el broche final a una experiencia que trasciende la mera cima: habrás vivido una auténtica expedición andina con una logística integral y el asesoramiento de expertos.